Dos fiestas de cumpleaños

(Crónica del encuentro de poetas y payadores de Águila Sur  2025 – por El Curicano)

Sábado primero de marzo, año 2025, dos fiestas de cumpleaños, el mismo día y a la misma hora, también dos invitaciones.  Vaya disyuntiva que debo sortear,  una más entre tantas que he debido enfrentar a lo largo de mi existencia, y por supuesto con dispares resultados.  Entonces, ¿A cuál asistir?. ¿Cómo responder para no causar algún tipo de escozor en el anfitrión o sus cercanos?.  

Aunque la decisión ya estaba tomada hace mucho tiempo,  esto no deja de dar vueltas en mi cabeza y complicar mi existencia y “La previa”, utilizando un término futbolero, más actual y coloquial.

¿Cómo digo que voy a uno y no al otro?.

Y aunque en una oportunidad, ya dí atisbos de mi opción ideal, no he sido lo suficientemente claro y  directo y eso me inquieta, pensando además, en algún tipo de represalia o  algún gesto de desprecio.

El primero es un cumpleaños de familia actual con todos los ritos de los cumpleaños de hoy, con globos, con cotillón, con manteles y vasos plásticos, con una  torta de colores artificiales que tiñen la boca y las vestimentas de los niños; De gaseosas abundantes y variados colores. De suflés dulces y salados llenos de colorantes. Y de aquellos otros que huelen a “pata de milico”;  frase que utilizaba mi padre al referirse al olor a queso rancio que emana de algunos de estos soufflés y que, según él, se parecía al de las botas que usaban los soldados en el regimiento donde realizó su servicio militar; Donde también usó aquellos bototos heredados de otros soldados que pasaron por los cuarteles antes que él. 

 Este cumpleaños es de aquellos donde los invitados picotean por aquí y por allá,  todos aquellos “manjares” que el ministerio de salud con campaña por radio y televisión llama a evitar consumir. Entidad que también exige rombos oscuros de advertencia en cada envoltorio, para alertar del contenido poco saludable de estos productos. Allí donde destacan advertencias como, “Producto alto en calorías”. “Producto alto en azúcares”. “producto Alto en grasas saturadas”. “Producto  alto en sodio”. Etc.

Estas alertas  de poco o nada sirven cuando la propaganda en los medios de comunicación, financiada por el poder de las industrias que producen estos nefastos “alimentos”,  se esmera en revertir todo llamado a la conciencia, inventando publicidades cada vez más creativas, llegando a utilizar técnicas poco honestas para alcanzar sus propósitos.  Estos llamados a la conciencia en las campañas ministeriales, en contadas ocasiones alertan al receptor adulto de los malos efectos en la salud de estos productos, y menos  se traspasa a los niños; Salvo en centros educacionales donde de alguna manera tratan de educar a los pequeños dándole importancia a los alimentos saludables. 

Pero en muchas ocasiones es un esfuerzo perdido, si es que esa enseñanza no se ratifica y se lleva a la práctica en el seno familiar; estructura familiar, que dicho sea de paso, está cada vez más desarticulada en nuestra sociedad.

El segundo cumpleaños es muy particular. Allí se reúne una comunidad que se forja en la amistad del mismo lenguaje y la misma poesía. Una fiesta sin globos y sin tortas, pero sí,  con un gran esfuerzo de producción de su anfitrión y su compañera; quien hace honor a la máxima que dice que: “Detrás de un hombre exitoso, siempre  hay una gran mujer”. 

Ambos  junto a sus respectivas familias por años se han esmerado para concretarlo cada verano,  y que hoy cuenta con el apoyo de una comunidad organizada que nació bajo el alero de este encuentro. 

Es una fiesta donde quedan de lado algunos egos de este mundo de, “artistas”, para algunos. Para otros, en los que me incluyo, más bien cultores que abrazan una expresión que deja aflorar la idiosincrasia de hombres y mujeres sencillos, a través de la rima y la décima. Estrofas poéticas que les entrega una herramienta potente para  crear divertidos diálogos en medio de los encuentros, pero también una herramienta para la denuncia o  para mostrar lo más profundo del sentimiento humano. 

Estos personajes sobresalen del común de las personas por su sensibilidad y observación del medio. Ellos abrazan una forma de vida inmersa en lo tradicional, ligados al patrimonio y la cultura de su pueblo.

 Estos artistas y cultores, apoyan esta fiesta con un sentido solidario y comunitario. Un “cumpleaños”, que de alguna manera mantiene espacios para el desarrollo de este oficio y que sirve para que aquellos que aún no son absorbidos por ese, “ego de artista”, compartan sus experiencias,  o también para aquellos que se inician en los ritos  de esta actividad, encuentran allí un espacio para practicar y fortalecer su aprendizaje. Espacios que se les  niega en otros “encuentros de más renombre”, ya sea por, “No estar a la altura”, o “por ser un espacio solo para elegidos”, o “solo para los amigos”.  Emparentadas estás fórmulas de selección con la política actual, donde el lobby, el tráfico de influencias y el pago de favores, son una práctica cada vez más evidente,  y que de alguna manera ha contaminado algunos de esos encuentros,  encuentros más de. “Artistas”. 

Pero en esta celebración caben todos “Solo por el gusto de encontrarse”, frase con la cual resume su anfitrión al contarnos  sobre la motivación y las razones para cada verano organizar este encuentro y que en la oportunidad  cumple una década de vida. 

Bueno pero dejémonos de rodeos, seguramente usted se preguntará, ¿Y a cuál de los dos eventos de aniversario llegué definitivamente?.

Aunque más de alguno de ustedes ya sabe dónde fue a parar este personaje más bien comunitario, de bajo perfil, a veces polémico,  porque se atreve a decir cosas que otros callan y que no se recuesta en el cómodo sillón que da, “el bienestar”, de estar bien con Dios y con el diablo.

Pero primero debo situarlos geográficamente en los dos puntos de estas fiestas. 

Uno es al sur de Santiago, entre paisajes semi rurales, con callejones llenos de árboles centenarios, el aire que viaja montado en la brisa fresca y que revive los pulmones congestionados con los olores del urbanismo; El urbanismo  caluroso y agobiante de este  verano 2025, especialmente.

El otro al sur oriente de la gran ciudad entre grandes avenidas y calles congestionadas y llenas  de “lomos de toro” y semáforos descoordinados y donde todo está a la mano en los grandes supermercados, moles  y locales para eventos con nombre gringo y que te asegura, “una tierra feliz”.  

Fue así que temprano por la mañana de aquel día 1 de Marzo, alistados y cargados los elementos necesarios para la partida, a eso del medio día y después de un almuerzo express, parto raudamente  al cumpleaños, junto a la familia que incluía a la pequeña nieta, que va como invitada de honor a aquella fiesta de su primo, ubicado en el sector sur oriente de la ciudad. 

Si,  señores, rumbo al sur-oriente de la ciudad. No hay más remedio.. 

Al llegar al destino me sorprende el poco movimiento en casa del festejado, no había globos y serpentinas, menos una piñata, nada adornado o  preparado y la hora se aproximaba a pasos agigantados. 

Algo no encajaba o de algo no se me había informado.

Transcurrida media hora aproximadamente, inquieto con aquella incertidumbre, interrogué preguntando, 

¿Y el cumpleaños no es a las 5 de la tarde?.

!No,  es a las seis!, fue la respuesta.

¿Pero no hay nada preparado?, vuelvo a preguntar.

!Es que no será acá en la casa, será en el Happyland del Mall Plaza.!

Con cierto grado de frustración digiero aquella información y mi mente activa el lado creativo y me muestra una puerta de escape de un cumpleaños que no estaba en mis planes. 

Para el colmo, será allí, donde la máxima atracción es una tarjeta para utilizar en las distintas máquinas de juego electrónicos, ideal para una generación inmersa en la tecnología adictiva de los teléfonos celulares y consolas de videojuego, y que por supuesto asegura el emprendimiento de estas grandes cadenas de “diversión”, desechando aquellos lúdicos, y a estas alturas “viejos”, show de títeres o personajes de películas animadas que se fotografían con los niños y que realizan más de algún juego interactivo  y que despierta la imaginación de niños y adultos.

Y yo que me esmeré para partir temprano desde el otro extremo de la ciudad y  llegar de los primeros y tratar de escaparme en algún momento de aquella fiesta no tan motivante para mí, a la otra que sí me interesaba. Al saber que no es en un ámbito más familiar y cercano, tomé la decisión de expresar mi más profundo deseo de fiesta de cumpleaños.  Entonces respirando profundo y tomando valor suficiente, me revelo ante aquella alternativa y decido hacer evidente mi elección favorita, aunque hubiera represalias y algún gesto de  desagravio, me dirijo a mi compañera y digo.

!Negra. Voy a un encuentro de payadores que comienza a las 5 de la tarde. Ustedes van al cumpleaños de la “tierra feliz» o happyland y  yo los recojo cuando regrese. ¡Lo siento mucho!…

Sentí un gran alivio al no encontrar gran resistencia, aunque sí hubo miradas de desaprobación notoria,  pero en silencio. 

Entonces con una cuota no menor de remordimiento en los primeros kilómetros de la carretera y con la libertad que consigue un gorrión atrapado al salir por la ventana que lo hizo prisionero,  tomé rumbo al sur a toda prisa para llegar al décimo encuentro de poetas y payadores de aguila sur.

Ya en el lugar me instalo con mis escasos equipos para registrar aquella fiesta de la poesía improvisada saludando en medio del ajetreo, a cada uno de los invitados con apretones de manos y abrazos, como es habitual en una comunidad que se conoce y reconoce en estos encuentros abiertos a los cultores. Encuentro donde no está presente lo remunerativo. Un factor que más bien disgrega e incentiva la competencia y la búsqueda del árbol frondoso y que da frutos pecuniarios.

El escenario es el auditorio de la escuela de Aguila Sur que por primera vez recibe un espectáculo de este tipo. Es un salón más bien amplio al lado de la biblioteca, con un “proscenio”, como los antiguos teatros con cortinas que se abren para dar paso al espectáculo.

Inaugura la fiesta el anfitrión agradeciendo a los cultores presentes y al público que espera en medio de un calor que se disipará con los primeros acordes y primeros versos.

Manuel hace un breve recuento del encuentro recalcando que se cumple un sueño y que se inició precisamente  en el sueño del poeta,  terreno que está enclavado a las faldas de los cerros de un cordón montañoso de la cordillera  de la costa, llamado Altos de Cantillana,  y que casi se une con los cerros de la cordillera de los Andes, generando un paso estrecho entre las dos cordilleras y que precisamente  le da nombre a aquel lugar. Angostura.

Angostura es el lugar donde también está la plaza de pago de peajes de los vehículos que salen y entran a la región metropolitana. 

Altos de Cantillana, un cordón montañoso o de cerros  que en los inviernos duros y lluviosos, se cubre de nieve y en donde también el sol se oculta más temprano que en otros lugares, por la altura y proximidad de estos grandes monumentos naturales. 

Allí, en las faldas de estos gigantes azulosos, está el sueño del poeta,  en honor a su padre.  “Él siempre deseó un terrenito y junto a  los hermanos hemos hecho realidad el deseo del “Jaguar Incano”, mi padre, comenta Manuel. 

El Jaguar Incano, es el seudónimo de don Manuel Parraguez padre, poeta popular que también ha abrazado la poesía y que hoy está presente en su silla de ruedas que lo ha acompañado el último tiempo y que lo acompaña en este viaje del sueño del poeta, el cúal sigue disfrutando a pesar de sus limitaciones de salud y los años a cuestas. 

Se inicia el encuentro número diez por el solo gusto de encontrarse, con los acordes de la guitarra de Juan Carlos Bustamante  y con los asistentes de pie, interpretando el himno nacional; como se hace en los estadios o en ceremonias públicas y afortunadamente en algunos colegios o escuelas; claro, que sin esas estrofas adicionales que dividieron hace algunas décadas a nuestro país. 

Luego todos los cultores o artistas suben al escenario y comienza la ronda de décimas de  saludos de cada uno de los participantes, incluyendo a los invitados de otras naciones hermanadas por la poesía. 

Luego de la presentación en décima de casi una treintena de cultores, se sucedieron los contrapuntos, los pies forzados, los banquillos, la concesión, la personificación, entre ellos contrapuntos latinoamericanos, como Chile-Colombia, con Juan Carlos Bustamante y Leydi Mejías, más tarde el contrapunto entre el profe Albornoz por el lado de Chile y Mario Cabrera representando a la hermana república Argentina. 

Así transcurre el encuentro, entre risas, aplausos y todo en el marco de la algarabía y el ambiente festivo que los poetas le dan a sus presentaciones.  

Chile, Argentina y Colombia presentes en este décimo encuentro de poetas populares y payadores de Águila Sur,  que se viste de atuendos más formales con la ayuda del municipio local y con el apoyo de la naciente agrupación de poetas populares “El sueño del poeta”.

En medio de la jornada y antes del remate final de las infaltables cuecas improvisadas y los jocosos brindis que las acompañan, Se realizó el bautismo o bautizo de cuatro guitarrones chilenos que trajeron la nota emotiva a un encuentro enmarcado en lo festivo y lo ameno.

El bautizo de guitarras y guitarrones es una tradiciòn o rito de larga data y de origen campesino, donde cantoras y cantores bendicen sus instrumentos que serán sus compañeros de vida en el canto a Dios y al hombre; al cielo y la tierra,  como menciona Juan Carlos Bustamante que hizo de jefe de ceremonia.

Al igual que a un niño que se bautiza, la guitarra o el guitarrón chileno tiene su padrino o madrina, en un rito que mezcla lo religioso con lo profano. Estos guitarrones son bautizados en presencia del dueño y su padrino o madrina y donde son rociados levemente con una rama de palqui que representa lo divino y con aguardiente que representa lo humano o lo terrenal. 

En primer lugar Javiera Buzeta, presenta a “Mestizo”, guitarrón muy novel que se inicia casi

a la par con Javiera en el aprendizaje del canto a lo poeta; su madrina fue Ruth Barrales

conocida y querida cultora de Valparaíso que destaca por su sencillez y muestras de cariño

con los cultores de la poesía.

Luego Alfonso Ureta presenta a “Eloy”, guitarrón construido hace 20 años y que ya tiene un vasto recorrido en el canto con múltiples desafíos superados. Su padrino fue Juan Perez Ibarra, reconocido poeta pircano y quien es también su maestro en el canto a lo poeta.

Mario Calderón presenta a “Moisés Calderón”,  guitarrón relativamente joven que le ha abierto una puerta en este mundo del canto lo poeta, instrumento que está aprendiendo de la mano de Cristian Mardones de la localidad de Acúleo que a su vez es el padrino de Moises, y también el maestro de Mario en los “toquíos” y melodías del guitarrón.

Finalizando con el bautizo de guitarrones,  Manuel Parraguez Duarte, presenta a “Ayun”, que en lengua ancestral mapudungun, significa Amor.  Amor que según él, surge  en Pirque allá por el año 2008, mirando a los grandes ”guitarroneros Pircanos”, tocando este hermoso instrumento, como Santos Rubio, Chosto Ulloa y Don Manuel Saavedra, entre otros. 

Desde entonces tuvo el sueño de poseer uno de aquellos instrumentos,  que concretó  felizmente,  gracias al primer 10% de los retiros de la AFP, comenta en medio de risas de los asistentes. Adquisición de segunda mano que le compró al cultor Antonio “Torito” Contreras.  Coincidentemente en la oportunidad,  Manuel hace saber que este guitarrón es del mismo año y  mismo luthier de “Eloy”; Guitarrón de Alfonso Ureta, y que es don Segundo Tapia  de Puente Alto.  

A “Ayun”, le fue reconstruida su tapa que tuvo que repararse y hoy luce remozado con un distintivo mapuche en su boca que lo hace particular y que resalta lo ancestral, haciendo honor además a su nombre. Su padrino fue el reconocido y de largo camino principalmente en la paya chilena, Guillermo “bigote” Villalobos.

Después de esta nota distinta y emotiva y llena de simbolismos, continuó el encuentro con los diferentes juegos de improvisación,  que dicho sea de paso, son variados en cuartetas o décimas y que solo se realizan en nuestro país y que por supuesto le da un carácter identitario a los encuentros de payadores locales, comparados con otros países latinoamericanos.

Es así que después de todas estas facetas variadas de la Paya chilena, llegan las cuecas y los brindis. Brindis que son décimas originadas en chile y que hacen referencia originalmente a oficios, pero que hoy también incluye personajes y otros sentimientos creativos de los poetas; Cabe mencionar además que hoy, según cultores que han viajado fuera de nuestras fronteras, esta forma de décima, “El Brindis”, ya es producto de exportación, pues se está incorporando en otras naciones como parte de la poesía y de los encuentros.

Como en un comienzo, todos los cultores participantes,  son invitados al  subir al escenario y comienza la ronda de brindis entre las infaltables tres cuecas improvisadas que se han incluido en los encuentros de payadores en el último tiempo o décadas con adeptos y detractores.

Al son del punteo tradicional  de la guitarra que ejecuta Juan Carlos Bustamante, se une un piano que para suerte de los asistentes estaba en el lugar y donde Alfonso Ureta hace gala de su conocimiento musical uniéndose al ritmo de la primera cueca. Y comienza el canto con la “cueca de la escuela de Aguila Sur”. Y aparece un pandero y un par de platillos a unirse a la fiesta, luego palmas y animaciones que no pueden faltar. Y se viene la segunda con la interrupción del “aro aro aro”, para nuevos brindis, mientras se acomodan los cantores y cantoras para el orden de las estrofas de la cueca; primero la copla o cuarteta, luego la primera seguidilla, enseguida la segunda seguidilla y quien hará el remate, y suena en esta oportunidad “la cueca de los payadores”. 

Más Brindis y nuevos intérpretes para la última cueca improvisada del décimo encuentro de payadores de Águila Sur y que a estas alturas se ha unido un acordeón y se arma una verdadera orquesta para culminar la fiesta de nuestra danza nacional. Y suena finalmente la “cueca de los diez años”,  Aplausos finales, risas y algarabía. 

De regreso a la calma y al reordenamiento de los cantores, comienza a sonar el guitarrón con esos acordes que invitan al canto final y tradicional de todo encuentro de poetas y  payadores chilenos, y suena la despedida con la  entonación Rosa y Romero.

“Se ordena la despedida

La despedida se ordena

con alegría y sin pena, si ay que sí

Sin pena y con alegría, rosa romero y el alelí

nos veremos otro día

otro dia nos veremos

como el aromo crecemos

crecemos como el aromo

cantores chilenos somos, si ay que sí

Somos cantores chilenos, Rosa romero y el alelí”.

Aplausos de pie por parte del público presente, mientras los cultores se saludan y se dan el abrazo de despedida, rito que no puede estar ausente de un encuentro que se aprecie de tal. 

Después de aquella instancia de buenos deseos y agradecimientos por la jornada cumplida, desciendo rápidamente del escenario para recoger mis equipos de registro, pues debo regresar por mi gente, que deben estar esperando para volver a casa. 

Mientras tarareo la pegajosa melodía de la Rosa y Romero y cansado por la jornada extensa y  de estar en los frentes del poeta y del observador al mismo tiempo, y de un viaje largo y solitario de ida y vuelta, raudamente me encamino por la autopista acceso sur, rumbo al oriente de la ciudad, donde estaba predestinada la jornada de este día y que afortunadamente,  se pudo revertir.

Llevo un recordatorio de mi fugaz participación en el escenario, consistente en  un banderín de la jornada, semejante a aquellos banderines  que se intercambian por los capitanes al centro de la cancha al inicio de un partido de fútbol. Partidos de fútbol, que son de pantalón corto. En cambio el que acabo de vivir, fue con pantalón largo por su formalidad y por sus diez años;  pantalones largos que quisiera, (en lo formal), ver también en cada uno de los cultores que suben a un escenario, por humilde que este sea. 

Este partido en Águila sur, fue  con jugadores de aquellos que dominan muy bien la pelota de la improvisación, y con aquellos que recién la están conociendo, o  que están en la búsqueda de  dominarla mejor,  y en el futuro realizar malabares con el balón de la poesía. y quizás en algunos de los tantos partidos que se vengan, clavar un tiro en el ángulo de la rima,  o estando al otro lado del contrapunto, volar como un gran portero, para atrapar con un octosílabo perfecto, una décima con chanfle….!.

Aunque me perdí la cena final en el sueño del poeta, o  “el tercer tiempo”; siguiendo en un tono futbolero, con marcha constante en la poco concurrida autopista, enciendo la radio y me concentro en el tráfico que me lleva de regreso. 

Vuelvo cargado de nuevas y  buenas energías. Energías que servirán de escudo para enfrentar cualquier represalia, cualquier desaire, cualquier indiferencia u otro gesto de castigo, a mi llegada o en los días venideros.

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